Los niños
pequeños tienen un potencial innato para confiar en sí mismos, intentar una y
otra vez a pesar de las circunstancias adversas y fracasos constantes. Para
comprobar esta aseveración en la sala de 4 años se invitó a los niños a armar
una torre lo más alta que puedan con cajas de cartón de diferentes tamaños, el
inicio de la investigación se realizó el día 4 de enero de 2018, apilaban los
cartones tantas veces necesitaban para que alcance el tamaño deseado, lo
hicieron una y otra vez, se descubrió que los niños siguen adelante, son
constantes, buscan alternativas y nuevas estrategias, se apoyan mutuamente. Tienen cualidades importantes de inteligencia
emocional que deben ser reforzadas constantemente, como: la persistencia, el
optimismo, automotivación, trabajo en equipo.
La inteligencia
emocional es un término que se empleó para describir las cualidades emocionales
importantes para tener una vida social propositiva, éxito laboral y personal. Algunos
fueron propuestos por los psicólogos Peter Salovey y John Mayer (Shapiro, 2007):
-
Empatía
-
Expresión
de los sentimientos
-
Comprensión
de los sentimientos
-
Autocontrol
emocional
-
Capacidad
de adaptación
-
Simpatía
-
Inteligencia
inter e intrapersonal
-
Resolución
de problemas
-
Constancia
-
Cordialidad
-
Amabilidad
-
Respeto
La inteligencia
emocional se expresa a través de la relación que existe entre el cerebro
pensante (corteza) y el sistema límbico. La corteza permite dar sentido a todo
lo que hacemos y percibimos, permite entender nuestros sentimientos, discernir,
analizar el por qué sentimos de determinada forma y generar una respuesta.
Tanto la
parte emocional como la parte lógica realizan diferentes funciones que
determinan nuestros comportamientos, pero a su vez son independientes. El sistema
límbico responde con fuerza y de forma rápida ante una situación emocional,
mientras que la corteza, específicamente los lóbulos prefrontales, marcan una
pausa, haciendo que la situación emocional sea comprendida y analizada.
Dentro del
sistema educativo, es importante, vincular la educación con las emociones; así como trabaja nuestro cerebro, la corteza
con el sistema límbico. Brindar oportunidades para que los niños expresen lo
que sienten, escuchen los sentimientos de los demás, establezcan una
comunicación efectiva, generen relaciones propositivas, eleven la autoestima,
el autocontrol y la confianza, son aspectos fundamentales en todos los niveles
educativos, especialmente en Educación Inicial.
Existen muchas
actividades que se deben realizar en clases para desarrollar la inteligencia
emocional de nuestros niños.
-
Atención
positiva: que no hace referencia a cumplir con todos los caprichos de los
niños, sino de alentar y apoyar emocionalmente de forma clara e identificable. Es
decir, tener una participación activa en la vida de los niños.
-
Disciplina
positiva: hace referencia a tener formas previsibles y apropiadas, tomando en
cuenta la edad hacia una conducta inadecuada.
- Expresar
las emociones: cada día dentro de las actividades iniciales, conversar sobre lo
que sienten y cómo se sienten. Utilizar el calendario de las emociones.
-
Empatía:
realizar actividades que involucren el afecto hacia los demás, como ayudar a un
amigo cuando lo necesite. Realizar actividades que fomenten el trabajo en
equipo, sobre el individual, actividades con títeres para entender problemas y
plantear soluciones.
-
Amabilidad:
enseñar a ser amables con los demás, pedir las cosas por favor, decir gracias,
saludar, despedirse, mantener una sonrisa sincera.
-
Autocontrol
emocional: al identificar las emociones, los niños están listos para controlar
la ira, la tristeza. Ante una situación difícil, generar respuestas conjuntas
que le permita al niño comprender la situación y buscar una solución efectiva
para las partes.
A pesar de
que los niños pequeños muestran confianza en sí mismos, constancia y
determinación, presentan a la par algunas situaciones de inmadurez emocional,
como baja tolerancia a la frustración, falta de control emocional, dificultades
para comprender los sentimientos y emociones de las otras personas,
impulsividad emocional, por eso es necesario trabajar en estos aspectos, para
descubrir estrategias que le permitan gestionar sus emociones de mejor manera.
A continuación
les presento algunas actividades que han sido probadas y utilizadas de forma
efectiva en niños de 4 años, que pueden ser adaptadas a la realidad y
necesidades de cada grupo:
HOY ME SIENTO…. Todos los días en Asamblea preguntar a los
niños ¿cómo se sienten?, el docente debe iniciar expresando sus emociones, para
formar un vínculo de comunicación emocional entre el adulto y los niños, luego
permitir que algún niño quiera compartir como se sienten hoy y preguntar las
razones por las que se siente de esa forma, dependiendo de las emociones
expuestas el docente deberá intervenir con ayuda de los niños para brindar
apoyo. Nunca forzar a un niño a expresar lo que siente, esta actividad se
vuelve parte de la clase conforme vayan avanzando, es una actividad muy
enriquecedora.
LAS FOTOS DE LAS EMOCIONES: Presentar una serie de fotografías de niños que expresan diferentes
emociones, describir y conversar sobre lo que observan, tratar de averiguar las
razones por las que tienen esas emociones, en grupo definir posibles
soluciones. Las fotografías deben ser
grandes, si es posible tamaño A3, con imágenes de niños, a blanco y negro para
que la expresión sea más notoria, presentar una o dos emociones de forma
aleatoria, es necesario incentivar la comunicación emocional en el grupo.
EL ESPEJO AFECTUOSO: Ubicar a los niños en pares uno al
frente del otro, preferiblemente por afinidad, pedir a los niños que expresen
lo que sienten por su amigo, realizar expresiones de cariño, intercambiar las
parejas si los niños lo desean. Mediante la técnica de la asamblea, pedir que
compartan sus experiencias, lo que sintieron al recibir expresiones de cariño. Es
importante no obligar al niño a participar en la actividad.
Clic en el siguiente video:
Bibliografía
Cohen, J. (2003). La
inteligencia emocional en el aula. Proyectos, estrategias e ideas. Buenos
Aires: Troquel.
Shapiro, L. (2007). La
inteligencia emocional de los niños. México: Vergara S.A.
Andrea Velasco V.